lunes, 5 de septiembre de 2011

Supe que mentías. Lo supe desde el primer momento, pero nunca te dije nada. Quería mantener tu ilusión; tus ojos, sin pretenderlo, me suplicaban silencio mientras tus labios mentían. Te dejé mentir, tal vez acabarías por creértelo. Tal vez yo
acabaría por creérmelo. Los humanos lo necesitamos. Mentir, creer nuestra mentira, modificar la realidad, vivir en la realidad modificada. Estúpido instinto de supervivencia. Sentimos, por ello evitamos el dolor, por ello nos obcecamos en llevar máscara, venda, en vivir en las sombras. Por ello, cuando me mentiste, no dije nada, con la absurda esperanza de que tus palabras pudieran hacerse realidad. Sé que es una fantasía, una mera ilusión, pero nadie puede acusarme. Todos somos iguales. La verdad es dolor. No estamos hechos para sufrir. Por eso mentimos, esperamos que el otro se lo crea, quizá al decirlo, al convertirlo en palabras, se haga tangible y se haga cierto. Es triste, pero verdad. Huimos del dolor. Por eso, cuando me mentiste, no dije nada.

Al fin y al cabo, todos vivimos en la sombra.

1 comentario:

  1. Nooooooooooooo! Yo no te miento! xD
    O puede que yo no me llame como me llamo, ahá... nunca lo sabrás! muahahaha!
    Ahora en serio, muy cierto todo, muy cierto... hay que huir de la realidad para afrontarla, en muchas ocasiones u.u
    un besico!

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